El uso de terapias complementarias en tratamientos médicos y psicológicos es cada vez más acogido, no sólo en el ámbito de la medicina alternativa, sino también en la medicina tradicional, donde la población se ha acercado a este tipo métodos en combinación con sistemas más clásicos. Una de ellas es la terapia floral, una de las más conocidas y aceptadas.
Desde hace algunos años, la demanda por terapias alternativas para tratar temas de salud física y mental ha ido en alza, incluso en el ámbito de la salud pública. De hecho, hospitales como el Luis Calvo Mackenna o del Salvador las tienen dentro de su oferta. Una de ellas es la terapia floral, que se asoma con fuerza porque se ha validado como una herramienta clave para el apoyo del trabajo emocional.
“Las esencias florales sirven como verdaderos catalizadores del proceso psicoterapéutico, ya que permiten que el paciente pueda ir avanzando en el proceso más rápidamente y con menos angustia y emocionalidad negativa asociada a ir descubriendo aspectos de sí mismo rechazados y/o que le generan malestar subjetivo”, comenta el docente del Diplomado en Psicología Transpersonal: Psicodinámicas Florales y Astrológicas de la Universidad del Pacífico, Juan Carlos Saumont.
¿Qué casos son los más recurrentes para este tipo de terapia? “Los casos más frecuentes son los trastornos de ansiedad, depresión y estrés. En niños se da muy frecuentemente hiperactividad infantil, impulsividad y problemas de aprendizaje. Hay otros pacientes que consultan para trabajar aspectos de personalidad, ya que han emergido ciertos límites en la construcción de sí mismos que tenían armada y requieren flexibilizarla, para lo cual los florales también ayudan”, agrega el experto, quien es además magíster en Psicología Clínica Mención Psicoanálisis y terapeuta floral.
El profesional agrega que este tipo de terapias es clave en los casos de niños y adolescentes. “En ocasiones ellos no tienen los recursos psicológicos necesarios para hacer frente a ciertos problemas que viven en su vida diaria y que los superan. La terapia floral apoya en ir generando esos recursos internos de una manera muy fluida y contenedora con el sentir de los niños y adolescentes”, señala Saumont.
¿Frente a qué tipo de problemáticas es más fácil avanzar a través del uso de flores? “La facilidad o no en el avance depende del nivel de implicación de la persona en su propio proceso terapéutico, en el sentido de darse cuenta de que su actitud ante la vida que ha construido por influencias familiares y/o sociales forma parte de la problemática de la cual sufre, es decir, es capaz de responsabilizarse por lo que le pasa y no le echa la culpa de lo que le sucede a otros”, agrega el psicólogo.
Por lo mismo, en todo este proceso es importante el rol que cumple el profesional que acompaña al paciente. “El psicólogo con el uso de florales busca comprender cuál es el modo tipológico que tiene un paciente de reaccionar ante ciertas situaciones vitales que le pueden generar sufrimiento psíquico y que traen asociada una particular emocionalidad frente a esa manera habitual de reaccionar en la vida”, precisa el docente de la Universidad del Pacífico.
Así, el docente del Diplomado en Psicología Transpersonal: Psicodinámicas Florales y Astrológicas de la Universidad del Pacífico, explica que Bach describió doce maneras tipológicas de reaccionar ante las circunstancias de la vida, a las que llamó los “12 sanadores”. “Son tipologías que traen asociadas un defecto y una virtud característica. La idea del psicólogo es identificar esas maneras de reaccionar y, por medio de una terapia, desarrollar un dispositivo en donde se pone en juego la palabra, potencialidades latentes y transformaciones en la manera que tiene la persona de situarse en su existencia que, en ocasiones, pueden generarle sufrimientos o síntomas”, aclara.
Para quienes quieran conocer más acerca del uso terapéutico de las Flores de Bach, el Diplomado en Psicología Transpersonal: Psicodinámicas Florales y Astrológicas aún tiene sus matrículas abiertas y su inicio está programado para el jueves 8 de septiembre.