Septiembre es el mejor mes para emprender un negocio

No solo flores trae septiembre. Según un estudio, el noveno mes del año es el mejor para emprender. Si eres uno de los que tiene ganas de iniciar un negocio propio, un especialista detalla todos aquellos aspectos que podrían desafiarte en el camino.

Con cifras algo flojas en el empleo, es probable que surja el entusiasmo para iniciar alguna nueva empresa. Una tarea que si se inicia en el mes de la primavera, podría traer dividendos positivos con mayor probabilidad. Porque según información proporcionada por la empresa Iure Emprendedores & Business, septiembre es el mejor mes para emprender con un negocio.

En este contexto, es bueno saber que hay ciertos factores que apoyan el éxito o el fracaso de un emprendimiento. Como punto de partida, el Director del Centro de Competitividad (CDC) de la Universidad del Pacífico, Patricio Ovalle, señala que un buen proyecto es aquel que realiza un producto para un cliente y no al revés. “Hay que tener apertura para escuchar a los clientes y el feedback que éste me entrega respecto a cómo ve mi producto”, indica.

El Director del Centro de Competitividad de la U. del Pacífico señala que junto con conocer y entender bien todo el sistema de créditos, fondos y concursos que apoyan el emprendimiento en nuestro país, el emprendedor debe aprender a manejar ciertas herramientas, donde es clave la difusión.

“Las herramientas se enfocan tanto para la llegada de clientes como para la obtención de capital. En este sentido, dependiendo de la fase o etapa del ciclo de vida en el que se encuentre su emprendimiento, el emprendedor debe desarrollar distintas habilidades. Por ejemplo, en la fase de puesta en marcha, las habilidades de descubrimiento y exploración (que tienen que ver con reuniones, participación en seminarios, ferias, workshop, etc.) son las que deben primar, ya que en esta fase es imperante conectarse y darse a conocer, y comunicar constantemente la oferta que tengo como emprendedor”, explica Ovalle.

Otras de las competencias que aumentan las probabilidades del emprendedor de llegar al cliente para dar a conocer su producto o servicio, son las llamadas herramientas transversales. “Las llamamos así, ya que las podría tener un deportista o un profesor, y no son exclusivas de los emprendedores. Estas son: Autonomía, Liderazgo, Trabajo en Equipo y Comunicación”, comenta el experto.

Estas cuatro competencias son clave para moverse en el mundo de hoy. “Lo anterior siempre con el foco puesto en el cliente, escuchándolo, observándolo, ya que cuando se emprende, se emprende para solucionar los problemas a los clientes”, señala el especialista de la Universidad del Pacífico.

¿Cómo financiar el emprendimiento?

Aunque en Chile existen diversas fuentes de financiamiento para apoyar el emprendimiento, la mayoría de los proyectos son financiados por el bolsillo de los propios emprendedores.

“Entre el 50 y 75% de los emprendedores recurre a dineros propios, logrando financiar aproximadamente el 68%, mientras que el resto lo buscan por diversas vías, entre las que se encuentran créditos de la banca e instituciones financieras, dineros provenientes de fondos públicos y privados, aceleradoras de negocios, financiamientos colectivos (crowdfunding), peer to peer lending, capitales de riesgo e inversionistas Ángel”, señala el Director del Centro de Competitividad de la U. del Pacífico, por lo que plantea que es muy relevante que los emprendedores sepan cuáles son estas fuentes, para evitar riesgos y lograr la máxima ventaja.

Una de las más comunes es el crédito, para lo cual Ovalle recomienda verificar las entidades que lo entregan a través de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.

Otra fuente de financiamiento usualmente utilizada es el Leasing, que es un contrato de arriendo entre una entidad financiera y una pyme, que permite comprar activos sin contar necesariamente con la liquidez suficiente para hacerlo. “Este mecanismo permite al emprendedor adquirir insumos y bienes de capital, como maquinarias y equipos nuevos, así como también el montaje u obras orientadas a fines productivos”, acota el experto.

El factoring es otra alternativa que consiste en transformar activos como cheques, facturas, letras, pagarés, contratos y otros documentos por cobrar, en recursos líquidos inmediatos, a través de la cesión de facturas y/o créditos documentados. “La principal ventaja del factoring es que ofrece una liquidez casi inmediata de las cuentas por cobrar, evita costos administrativos y no representa endeudamiento frente a otros acreedores”, explica el director del CDC de la Universidad del Pacífico.

Patricio Ovalle agrega que hay una cuarta forma de acceder a financiamiento, que son las SGR o Sociedades de Garantía Recíproca. “Son organizaciones que ayudan a las empresas a obtener financiamiento, asumiendo el riesgo de crédito de la empresa frente al banco. Según datos del Banco Mundial, en Chile conforman más del 30% de los créditos”, plantea.

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Columna de opinión.

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