Por Cristian Cubillos, Director de Banca y Seguros de Tecnocom Chile
En momentos en que se realiza una nueva edición del e-commerce Day, quedan desafíos que urge analizar en detalle para seguir fortaleciendo una forma de compra que, en la actualidad, tiene a nuestro país en el primer lugar de la región. Según datos que levantó el estudio “Medios de Pago”, realizado por Tecnocom, Chile alcanzó una facturación de USD 2.400 millones, una cifra que posiciona a Chile entre los tres primeros países de Latinoamérica. Naciones como Colombia y México, en tanto, contabilizaron US$4.130 millones y US$13.000 millones respectivamente, en el mismo periodo de tiempo.
El e-commerce ha crecido fuerte en la región, principalmente gracias a la expansión de Internet y al número de usuarios Web, quienes, en una tasa creciente año a año, realizan compras motivados por la amplia oferta de productos y servicios disponibles a un par de clics de distancia. Esto, sumado al incremento del uso de smartphones y de las aplicaciones móviles que permiten transacciones y compras online, nos muestra un mercado pujante y en donde aún queda mucho espacio para participar y crecer.
Sin embargo, de acuerdo a los datos entregados por el Informe Tecnocom sobre proyección del mercado de las tarjetas en Latinoamérica, sólo 47,3% de los comercios detallistas de Chile aceptan pagos a través de este medio. Esto quiere decir que muchos minoristas no tienen terminales para enfrentar el término del efectivo. El pago con tarjetas es el alma del e-commerce y el medio que se usa más ampliamente para atender el mayor volumen de gasto en Chile (61m3%). Y si no somos capaces de resolver esta falencia, estamos automarginándonos de una realidad mundial. ¿Cómo podemos, entonces, enfrentar esta deuda para fortalecer una base más amplia de transacciones electrónicas?
En relación con otros métodos de pago, como los móviles y el dinero electrónico, el foco también debe estar puesto en la protección de datos y la ciberseguridad. Las empresas deben evitar cualquier signo de inestabilidad de cara a los usuarios, porque en un entorno en donde ellos demandan confianza, romper con ella puede no sólo terminar la relación empresa-cliente, sino que impactar el normal desarrollo que el comercio electrónico muestra en la actualidad.
Con proyecciones de crecimiento interanual de ventas a través de e-commerce en torno al 25% en la región, quienes trabajamos por mejorar las condiciones de las transacciones a través de soluciones tecnológicas, estamos convencidos que podemos acabar con esa deuda. El desafío es trabajar de forma coordinada, escuchando con atención lo que buscan los usuarios y las empresas y así establecer nuevas condiciones para que cada vez más personas y negocios puedan disfrutar de los beneficios del comercio electrónico todos los días y en cualquier momento.