A mediados de julio la filial intra-américas de Maersk Line inauguró un nuevo servicio con
destino a Oakland, uno de los puertos más influyentes de la costa oeste de Estados Unidos. Ahí
el vino chileno es altamente demandado, por lo que debe mantenerse en óptimas condiciones
durante sus 24 días de viaje.
SeaLand, la filial intra-américas de Maersk Line, anunció su
nueva ruta Chile – Estados Unidos, con recalada en Oakland y con el vino nacional como
protagonista. Esta ciudad -ubicada en el norte del estado de California- posee uno de los puertos
más influyentes en la costa oeste del país, siendo punto de llegada de numerosas exportaciones
provenientes de todo el mundo.
Para el gerente comercial de SeaLand en Chile, Ignacio Urzúa, este es un gran paso debido a la
importancia de E.E.U.U. como socio comercial y la contribución a la imagen del vino chileno como
producto estrella de exportación a dichas latitudes. “Oakland recibe grandes volúmenes de vino
chileno, y nosotros nos sentimos orgullosos de ser parte de dicho intercambio. Esta nueva ruta
viene a complementar nuestro network en beneficio de los clientes, uno mucho mejor conectado
y eficiente. Esto cumple con la tónica de éxito que se ha dado durante el 2018 para los vinos del
país”, afirma Urzúa amparado por los números: según cifras de la Asociación Vinos de Chile,
durante el primer semestre los envíos embotellados al extranjero tuvieron un alza de 4,77%,
mientras que el precio promedio creció en un 5,33%, ubicándose en los US$ 28,80 la caja.
La incorporación también ha traído mejoras de transporte y logística, tales como los tiempos de
tránsito y frecuencia, contando con una salida semanal. Actualmente, un cargamento desde
Valparaíso o San Antonio demora tan solo 24 días (en condiciones normales) en llegar a Oakland
tras hacer transbordo en Panamá, lo que convierte a esta ruta en una opción muy competitiva
dentro del rubro. Si bien los puertos del centro destacan por su cercanía a los grandes viñedos, los
despachos también parten desde el norte y el sur, especialmente desde los puertos de Arica y San
Vicente.
Junto al vino, entre las exportaciones de SeaLand destacan productos forestales y congelados, así
como también diversa variedad de frutas y derivados vegetales como el aceite de palma. Aunque
la ruta lleva poco tiempo implementada para SeaLand, desde la empresa se muestran optimistas
por los objetivos a conseguir. “Si bien el commodity más importante en este tráfico es el vino,
también queremos entregar una alternativa viable y confiable a otros productos, tanto de carga
seca como refrigerada, y que esto permita posicionarnos como un actor relevante de este
mercado en el corto plazo.”, señala Urzúa.
Cuidando la calidad
E.E.U.U. es el segundo mayor comprador luego de China y actualmente el vino que va hacia
Oakland se transporta en botella o a granel, siendo un 2/3 del total para el primero y el 1/3
restante para el granel, el que posee una característica interesante en su traslado: se utilizan
guateros especiales Flexitank que se llenan con el vino para luego ser depositados en un
contenedor normal.
Aunque dicha tecnología es muy avanzada y cuida la calidad del producto, se necesitan
procedimientos adicionales para que no existan riesgos de rotura en los recipientes. Así es como el
contenedor debe pasar por varias pruebas de calidad, incluyendo que no tenga bordes filosos o
que su interior esté bien calibrado y cuadrado debido al movimiento del líquido en su interior.
“Entendemos lo que significa el vino para nuestro país y para los destinos de exportación. Es un
producto que nos identifica como chilenos y por lo mismo tomamos todos los resguardos
necesarios para que llegue a destino en excelentes condiciones, tanto en calidad como
presentación. Actualmente tenemos las tecnologías y la flota para hacerlo, por eso asumimos este
nuevo desafío con seguridad y mucho ánimo de trabajo”, sentencia Urzúa.