Las personas que tienen esta tendencia que conocemos como compras compulsivas, siempre están pensando en que comprar, y cuando lo hacen, es de una forma que no pueden controlar. Adquieren muchas más cosas de las que son capaces de pagar y por ende se endeudan. Sin embargo, el sentimiento que les provoca es de satisfacción y por ello, no mucho tiempo después, vuelven a comprar para experimentar esa sensación nuevamente.
Es una especie de manía y/o adicción porque van teniendo el refuerzo inmediato y positivo de lo que provoca adquirir algo. Entonces, como tienen este refuerzo positivo constante las personas quieren volver a sentirlo comprando una y otra vez.
La Navidad, por ende, puede ser usada como pretexto para comprar compulsivamente, porque no solo compran para sí mismos sino también para los demás. Si un comprador compulsivo ya lo es durante el año, se acentúa en esta época festiva.
Trastornos
Algunos de los trastornos que pueden relacionarse a este tipo de conducta, son los trastornos depresivos o bipolar. En este último caso, cuando se encuentran en una fase maniaca, puede haber mucha compra compulsiva. Se habla también de aspectos ansiosos o depresivos porque la compra va aliviando, en cierto sentido, aquellas cargas emocionales más destructivas.
Para hacer compras de forma más tranquila para quienes tienen este tipo de conductas lo ideal es definir un presupuesto, de esta manera la persona puede controlar el gasto. Ya que, si se usa la tarjeta de crédito sin definir límites, por ejemplo, el comprador no se percatará de cuanto está gastando y se endeudará, lo que en el futuro podría traducirse en un factor más de estrés.
Una Navidad diferente
Para los familiares que están pasando por momentos difíciles y sobre todo los niños que tienden a percibir todo, hay que ser honestos con la austeridad, conversarlo y vivirlo como una celebración distinta sin devaluarla. No hay que decir que este año va a ser más aburrido o va a haber menos regalos, ya que así se da una connotación negativa pueden predisponerse de mala manera.
A su vez, hay que bajar las expectativas también de uno mismo, frente a la compra de regalos y cuando abramos estos. Hay que ser realistas al año que estamos viviendo y aceptarlo de forma humilde, valorizar las cosas que podemos comprar y que nos pueden regalar también. Otorgarles un valor a las cosas más sencillas, mas simples y que sean útiles, cómo lo son también los regalos hechos a mano.