En el Salón de Audiencias, la Mandataria, Michelle Bachelet, se reunió con la senadora, Isabel Allende; la diputada, Maya Fernández; con Carmen Paz Allende, y con Carmencita Sepúlveda Allende, familiares del ex Presidente, quien el 11 de septiembre de 1973 falleció mientras el Palacio de La Moneda era ocupado por las fuerzas militares de la dictadura.
Luego, la Presidenta se dirigió hacia el Patio de los Cañones de la Casa de Gobierno, y junto a su Gabinete Ministerial, encabezó el acto de conmemoración.
Después de una oración interreligiosa, la Jefa de Estado, y los familiares del ex Mandatario, se dirigieron hasta las Placas Recordatorias de lo ocurrido hace 43 años, donde depositaron flores. También visitaron el Salón Blanco, lugar donde habría vivido sus últimos minutos el líder máximo del Gobierno de la Unidad Popular. Allí, las hijas y nietas del ex Presidente, depositaron claveles blancos sobre el escritorio de su padre y abuelo. En tanto, la Mandataria dejó una rosa blanca sobre el sillón que rememora el punto específico en que Allende habría dejado de existir.
“Estos muros nos recuerdan historias que nos muestran lo más crudo de nuestra humanidad y también las gestas más conmovedoras de las que hemos sido capaces. Historias que hoy se entrecruzan y que no podemos, pero sobre todo no queremos olvidar”, dijo la Presidenta, al comienzo de su intervención.
Y agregó: “Justamente, porque es necesario legar a las nuevas generaciones la memoria de lo que hemos vivido, y el modo en que, como adultos, hemos sido capaces de resolverlo. Porque ha sido ese pasado, y no otro, el que nos ha conducido hasta este momento. Porque no podemos legar a nuestros hijos y nietos una nación fracturada, una nación que no reconoce su historia o que no se hace cargo de su pasado”.
Finalmente, se refirió al centro de reclusión y tortura denominado “El Hoyo”, que operaba en el subterráneo del Palacio de Gobierno y que será declarado Sitio de Memoria porque “junto con otros lugares de los que poco se habla y que sin embargo guardan tantas vivencias del dolor, como el Subterráneo del Banco Estado, el subterráneo del Ex Congreso o el mismo Ministerio de Bienes Nacionales, donde funcionó el Comando Conjunto, son parte de esta memoria que debemos resguardar”, dijo. Y agregó: “Tenemos una certeza irrenunciable: mientras la luz de la memoria siga viva, nadie estará vencido y nada estará olvidado”.